Durante toda la vida hemos escuchado que debemos tomar al menos un par de vasos de leche de vaca al día para mantener nuestros niveles de calcio, pues bien, si bien la leche de vaca contiene calcio hay un sin fin de alimentos vegetales que la superan en aporte de calcio con creces. Esta mitificación de la leche es producto de campañas publicitarias de la industria lechera y esconde intereses comerciales, escondiendo sus infinitas contraindicaciones, además de la crueldad animal extrema oculta tras la verdad de la leche de vaca y los lácteos.
El calcio en la leche se combina con otros minerales, que se encuentran en cantidades excesivas en la leche animal, formando una molécula demasiado grande para ser absorbida adecuadamente por el intestino humano. Por otro lado, hay estudios recientes que sugieren que el consumo de lácteos puede ser uno de los principales causantes de la osteoporosis, ya que las altas cantidades de proteínas en los lácteos provocan que el calcio se separe de los huesos.
Algunos consumidores han empezado a renunciar a la leche de vaca por la intolerancia a la lactosa, una afección que provoca problemas digestivos, pero sin embargo hay una popularidad entorno a la leche de vaca que la mitifica y que realmente esconde un sin fin de contraindicaciones para el consumo humano, tan sencillo como que la leche de vaca es para los terneros, no para el humano. La composición química de la leche de vaca es absolutamente perfecta para nutrir a un ternero, ya que provee de los nutrientes necesarios para hacer que la vaca sea nutrida perfectamente y le ayuda a desarrollar su sistema digestivo e inmune. La leche humana es igual de perfecta para los bebés. Si le diéramos leche humana a un ternero éste sufriría de mal nutrición y se enfermaría en poco tiempo. Somos la única especie animal que ingiere leche de otras especies.
15 razones para no beber leche de vaca.
1.- La leche de vaca reduce el hierro en los niños pequeños y contribuye a la carencia de ácidos grasos esenciales y vitamina E.
2.- La leche de vaca estimula al cuerpo a producir mucosidad. Es por esto que cuando sufrimos resfriados no debemos tomar leche de vaca. La caseína (utilizada para crear el pegamento que adhiere las etiquetas a las botellas de cristal), es una proteína presente en la leche de vaca, que provoca inflamación de los tejidos blandos (localizados en la garganta, cavidades nasales,…) y provocando dificultades para respirar.
3.- La leche de vaca esta llena de bacterias, de ahí la necesidad de pasar por un proceso de pasteurización.
4.- El beber y consumir productos lácteos esta asociado con varias enfermedades como: diabetes, esclerosis múltiple, enfermedades del corazón, de Chron, síndrome del intestino irritable y hasta cataratas en los ojos. La leche de vaca ocupa los primeros puestos en la lista de productos causantes de alergias y se ha demostrado que afecta el comportamiento, el sueño y la concentración. Otros de los efectos asociados con el consumo de leche de vaca incluyen diarrea y estreñimiento, especialmente en los jóvenes.
5.- La leche de vaca contiene antibióticos. En las granjas lecheras se les suministra antibióticos a las vacas para evitar que estas cesen la producción de leche por enfermedades en las ubres, así como otros medicamentos.
6.- La leche de vaca y productos derivados (queso, mantequilla, yogur,…) contienen cantidades excesivas de hormonas femeninas. El 80% de las vacas están embarazadas mientras son utilizadas para producir leche, lo cual eleva de forma natural los niveles de estas hormonas. Además, los granjeros inyectan en las vacas hormonas sintéticas para incrementar su producción de leche. Estos altos niveles de hormonas femeninas en la cadena de alimentos han sido vinculados con problemas de salud en el mundo entero, asociados también a una pubertad precoz.
7.- La leche de vaca contiene grandes cantidades de grasa, la cual obstruye las arterias, incluso en personas de corta edad.
8.- La lactosa (el azúcar en la leche) es muy difícil de digerir, ya que cuando una persona llega a la edad de dos años no necesita de tanta leche materna para el crecimiento, los intestinos elaboran menos lactasa, una enzima necesaria para absorber y digerir la lactosa. Esta disminución en la producción de lactasa en los humanos sucede cuando ya no es necesaria la ingestión de leche materna para el crecimiento. Cuando consumimos leche o productos lácteos, es muy probable que la lactosa se fermente en los intestinos causando problemas digestivos como hinchazón, gases y otras dificultades serias.
9.- La leche de vaca por sí sola, o cuando se combina con gluten (presente en los granos), se asocia con el autismo. La caseína y el suero de leche aparentemente irritan el sistema nervioso de los humanos, provocando que estos problemas neurológicos se agraven en los niños.
10.- La leche de vaca es una de las sustancias que contienen más dioxinas. Contrario a lo que se creía, las dioxinas en la leche y en los quesos son diez veces mas propensas a producir cáncer de ovarios en las mujeres y cáncer de próstata en los hombres.
11.- La leche de vaca contiene sangre animal.
12.- La leche de vaca contiene pus.
13.- El consumo de leche de vaca y demás lácteos se asocia con el asma y alergías, así como acné y arrugas prematuras en la piel.
14.- La leche de vaca es alta en colesterol, el cual produce enfermedades del corazón.
15.- El consumo de leche de vaca puede también estar asociado con el Síndrome de Muerte Súbita Infantil y la enfermedad de Esclerosis lateral Amiotrofica (Enfermedad de Lou Gehrig).
Existen muchas otras alternativas a la leche de vaca. La leche de soja, avena, almendras, arroz, coco y alpiste son excelentes. Para los bebés, existen marcas de fórmulas con base de bebidas vegetales que son tan nutritivas y saludables como las que contienen la base de la leche materna.
Hay infinidad de alimentos saludables y libres de maltrato animal que aportan grandes cantidades de calcio, como: almendras, amaranto, alubias rojas y negras, brócoli, repollo, garbanzo, coliflor, berza, flor dientes de león, avellanas, col verde, escarolas, puerro, melaza, aceitunas, cacahuetes, perejil, pistachos, uva pasas, ajonjolí, alubias de soja, tofu, espinacas, semillas de girasol, berros, semillas… son tan solo algunos de los alimentos que contienen cantidades considerables de calcio que nuestro organismo puede absorber de manera óptima y saludable. 🌱