Este vídeo es tan breve como cierto. Las imágenes son de una granja intensiva de gallinas ponedoras, una de las cientos de miles que hay en el mundo. Estas gallinas nunca han pisado el campo, ni han podido correr libres, ni tan siquiera han podido descansar al sol, no lo conocen, tan sólo conocen la luz artificial, los barrotes de hierro de sus jaulas y no tiene ni el mínimo espacio que se requiere para abrir sus alas.
Esta es una de las razones por las cuales los veganos no comemos huevos, pero hay muchas más. Aquí se refleja la principal, no participamos de la explotación animal.