Blog

Compartir

Blog / Conciencia vegana

Vigilias veganas: el único adiós.

Vigilias veganas: el único adiós.

Aunque hace ya una década que las vigilias veganas tienen lugar en países como Canadá y Gran Bretaña, en España es un fenómeno relativamente nuevo, que ha causado bastante revuelo. Las vigilias veganas son el único adiós que los animales de granja reciben camino del matadero. Los activistas animalistas solicitan a los transportistas de estos animales unos minutos para que puedan darle un poco de cariño antes de que sus vidas finalicen de la manera más tortuosa. Esos instantes se graban, con idea de difundir esas imágenes en redes sociales, para concienciación de los consumidores. Esos minutos, a veces tan sólo segundos, el animal recibe por primera vez palabras de cariño, una caricia. No está permitido darles agua, a pesar de que van sedientos y hacinados al matadero, pero a pesar de ello los activistas les proporcionan unos pequeños sorbos que les reconforten al menos mínimamente. La mayor parte de estos animales ve por primera vez la luz del sol entre las rendijas y barrotes de esos camiones.

Ser activista animalista es muy duro. El acudir a vigilias veganas no es para todo el mundo, ya que la carga emocional que supone no es fácil de sobrellevar. Despedir a un animal inocente al que llevan al matadero, con una vida carente de cualquier atención para su bienestar, supone un vuelco de corazón en toda regla. Cuando se clava esa mirada de terror e incertidumbre en la tuya te sumes en la más profunda tristeza, pero sin embargo, los capaces de soportar tal puñalada (en favor de otorgarles a ellos un adiós cargado de bondad y compasión) se dan cuenta que estas vigilias veganas, a veces nefastamente criticadas, tienen su razón de ser. Ese animal ha podido quizás reconocer el perdón de un grupo de activistas, el perdón de quienes luchan contra el especismo y que luchan por darles voz, por sus derechos y por lograr su bienestar.

El caso de Anita Krajnc en 2015 en Canadá, fue un ejemplo internacional de la lucha por los derechos de los animales. El acto de protesta de Anita dio la vuelta al mundo. Esta mujer de 50 años le dió de beber a los 190 cerdos que iban hacinados en un camion camino de un matadero, pese a la oposición del transportista. Sin embargo, ese acto inocente y cargado de compasión casi le cuesta años de prisión, ya que la industria ganadera la acusó de haber puesto sustancias en el agua para evitar que la gente consumiera esa carne o enfermara con ella, pero finalmente la Corte Superior de Justicia de Ontario (Canadá), la absolvió de los cargos, ya que no constituyó delito alguno, el dar de beber a unos animales sedientos y hacinados camino del matadero.

La lucha continua, pero es una realidad que el mundo está cambiando, las personas estamos ampliando nuestra conciencia y ya no consumimos tan ciegos. Gracias al activismo animalista se están consiguiendo muchas mejoras para los animales. Gracias a todos aquellos que, en mayor o menor medida, contribuís a que esto esté sucediendo. Recordad, todxs somos animales, deberíamos tener todxs los mismos derechos y poder vivir en libertad. Ⓥ

Compartir