Hoy es el último día de un año más cargado de crueldad y olvido para miles de millones de animales asesinados. Hoy es el último día de un año donde miles de millones de animales asesinados han llenado las mesas de comensales insensibles, inconscientes y pasivamente crueles.
Hoy quiero pedir perdón a esos miles de millones de animales asesinados, perdón por pertenecer a esta especie animal que se cree superior, que se cree con derecho sobre ti, que su soberbia no le hace ver más allá de esos ojos que suplican que no continúes haciendo lo que haces, torturar, matar, asesinar, por el simple placer de llenar la panza, de relamerse en la mesa, de vanagloriarse de platos que antes eran vida y ahora, ahora son muerte, cadáveres de seres puros y nobles que nada han hecho para merecer una vida miserable y un final desolador, lleno de angustia y dolor.
Hoy es uno de esos días en los que siento profunda vergüenza de pertenecer a esta especie animal, la humana. La única especie animal cruel, tirana e insensible. Soy consciente que ver más allá de lo obvio es a veces un proceso, un proceso que necesita de cierta sensibilidad y apertura de corazón, pero que una vez haces el «clic» no hay vuelta atrás. Una vez que te invade la compasión te atrapa de tal manera que sólo puedes reivindicar su causa, vuestra causa que debería ser la nuestra, vuestra total liberación.
Hoy es un día para hacer balance. Se han logrado dar muchos pasos hacia delante en la defensa por los derechos de los animales, hacia un mundo más justo para todos los animales que vivimos en este planeta, pero también es un día para respirar hondo, apretar los puños y coger impulso para continuar con la mayor causa que pueda existir, la liberación y respeto hacia todos los animales humanos y no humanos que habitamos este planeta.
Hoy os pido de nuevo perdón, perdón a todas esas almas puras y nobles, animales asesinados que habéis muerto injustamente a manos del hombre, por el simple hecho de llenar sus platos, por gula, por ignorancia. Os pido perdón por no lograr hacer que todos aquellos que participan en vuestro fin no hayan visto la luz en vuestros ojos, lo inmenso de vuestra alma, vuestro deseo por vivir en vuestra comunidad, libres y seguros, lo que cualquier animal, humano o no, desea.
Hoy me comprometo a seguir este 2018 luchando por vuestros derechos, llorando por nuestras causas perdidas, porque no estáis solos. Nuestra voz no tiene todavía tanta fuerza como para hacer que las cosas cambien de golpe, pero poco a poco vamos consiguiendo cosas. Sabemos que es tan poco a poco que seguirán cobrándose vidas de animales inocentes segundo a segundo, pero seguimos en esta lucha antiespecista junto a vosotros.
Cada animal que habita este planeta se merece vivir libre, LIBRE! Tan sencillo y tan complejo de hacerlo entender.
Os pido perdón a cada uno de vosotros. Un perdón desde lo más hondo de mi corazón a esos miles de millones de animales asesinados.