El 9 de abril de 2021 la ONG Cruelty Free International sacó a la luz unas grabaciones de extrema crueldad hacia animales destinados a la experimentación que procedían de un laboratorio en Madrid, los laboratorios Vivotecnia, donde las imágenes reflejaban un trato totalmente vejatorio y de gran crueldad de sus trabajadores hacia estos animales, con los que se experimenta bajo el amparo de la ley. Estas grabaciones son fruto de dos años de investigaciones en sus instalaciones, donde una activista animalista (infiltrada como trabajadora) fue la encargada de captar la dura realidad que viven estos animales de laboratorio. Dicha infiltrada estuvo durante dos intensos años tragando bilis cada jornada de trabajo en el ya calificado como “laboratorio de los horrores”.
Aves, conejos, ratas, cerdos e incluso primates, son algunos de los que aparecen en esas grabaciones, donde se ve cómo los empleados les propinan insultos, patadas, manipulaciones agresivas y descontroladas, produciéndoles un mal mayor al de las pruebas de experimentación totalmente innecesario y fuera de todo marco de protección animal.
La legislación, en cuanto a experimentación animal se refiere, ha ido en paralelo a la sensibilización de la sociedad, aplicando cada vez más restricciones en estas prácticas, que a su vez van a la par con la aparición de métodos alternativos, gracias a los avances tecnológicos, que nos ayudan a reproducir de manera muy precisa cómo interfieren ciertos componentes en nuestro organismo y en nuestra salud, dando la opción de librar a millones de animales de la crueldad del testaje.

Lo cierto es que el caso de Vivotecnia no es un caso aislado. Este laboratorio supuestamente estaba “en regla”, ya que había pasado todas las inspecciones y todos los controles rutinarios de la Comunidad de Madrid y a pesar de eso, en su interior, se realizaban prácticas totalmente inadecuadas, ilícitas y faltas de toda ética para con los animales, que sufrían tanto maltrato físico como psicológico de manera reiterada.
La experimentación con animales, como la vivisección, siempre ha estado en entredicho. La regulación y las prácticas sobre los animales para experimentación han cambiado radicalmente en los últimos 20 años gracias a movimientos sociales que luchan por los derechos de los que no tienen voz, los animales no humanos.
La sociedad en general quiere alternativas libres de maltrato animal y en todo caso, certezas de que se cumple con las medidas de protección para estos animales que tristemente hemos decidido por ellos a que estén a nuestro servicio, bajo el yugo de la esclavitud y la tortura en nuestro beneficio.
Las prácticas en laboratorios se pueden fácilmente equiparar a las prácticas tras los muros de los mataderos donde, gracias a reporteros gráficos y a activistas animalistas, hemos podido comprobar el mismo maltrato vejatorio y sufrimiento gratuito que se les propina a los animales considerados de consumo en sus últimas horas de vida.
La ausencia de código ético con animales
El código ético que deberíamos aplicar al trato con animales, tanto de laboratorio como de consumo, debería ser inmaculado y respetarse escrupulosamente. Al menos deberían estar amparados por la ley de protección animal. Tanto las leyes, como la ciencia en este caso, deberían estar al servicio de los más vulnerables y no abusar de ellos. Deberíamos condenar severamente lo que hace la industria biomédica, farmacéutica y ganadera, que justifican su mala praxis en beneficio de los grandes lobbies.

Paradójicamente la mayor parte de los experimentos que se realizan en animales no tienen un fin biomédico que beneficie a la salud humana. Normalmente se experimenta con ellos para pruebas de impacto medioambiental de productos químicos, así como pruebas de bioseguridad para productos de uso cosmético y productos del hogar. Lo cual pone totalmente en entredicho la ética de estas prácticas, siendo en su mayoría un resultado irrelevante para el ser humano. Hay razones más que suficientes para rechazar la actual práctica de experimentación animal, si consideramos que tampoco estaría justificada con nosotros mismos como animales sintientes.
No deberíamos dudar en que los animales tienen derechos fundamentales que no se están cumpliendo. Posicionarse del lado de los más vulnerables debería ser algo innatamente defendido. Deseamos ver pronto cómo se respetan las vidas de los animales tanto como las propias.
Ojalá el caso Vivotecnia se resuelva a favor de los animales que, aún a día de hoy, siguen allí prisioneros y sea un punto de inflexión en el nuevo paradigma de la protección animal y en el fin del especismo.
Avances científicos que simulan la experimentación animal:
- Pruebas in Vitro: Variedad de pruebas basadas en células y modelos de tejidos que se pueden utilizar para evaluar la seguridad de medicamentos, productos químicos, cosméticos y otros productos de consumo, así como estudios basados en células sanguíneas humanas que detectan contaminantes en los medicamentos.
- Modelado informático: Son modelos de computadoras que simulan la biología humana y el desarrollo de enfermedades en humanos. Estos modelos pueden predecir con fiabilidad cómo los nuevos fármacos reaccionarán en el cuerpo humano sin tener que recurrir a la experimentación con animales.
- Investigación con voluntarias y voluntarios humanos: Estudian cómo un fármaco es metabolizado en humanos, antes de los ensayos en humanos a gran escala, con total seguridad para el paciente.
- Simuladores de paciente humano: Estos simuladores de paciente humano de realidad virtual están monitorizados y son totalmente realistas. Hoy día se utilizan en el 97% de las escuelas de medicina en los EEUU.
Entonces, si hay avances tecnológicos que favorecen igualmente al ser humano y libran del horror del testaje a cientos de miles de animales, ¿debería haber debate sobre la experimentación animal?
Hoy todavía el caso de Vivotecnia está en manos de El Seprona y la Fiscalía de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, que investigan las imágenes del vídeo publicado Cruelty Free International, mientras esos 880 animales continúan en las instalaciones, sin la atención adecuada, ya que esos animales necesitan urgentemente un lugar donde sentirse por fin seguros, protegidos y adecuadamente atendidos.
Fuentes: ElDiario.es; UCM.es; ElPais.com
Ilustración: @corsinopinta